Cuando asistía a clases correspondientes a la educación secundaria, ahí por mil novecientos noventa y algo, el mundo todavía se estaba recuperando de una ola de música chaquetera y barata (ejemplo claro, el tiburón de proyecto uno), se organizaban tardeadas en la escuela en la que todos bailaban en filitas de a dos con estos terribles sonidos que me atormentarán hasta el día de mi muerte, obviamente y como todos sabemos la escena musical "maintstream" en México siempre se ha compuesto de Grupos de chavos que cantan sandeces o hacen refritos de canciones que su idioma original es otro distinto al español con interpretaciones que rayan en lo ridículo como Graibaldi, Magneto, Mercurio etc., Cantantes de baladas románticas que se quedaron atascados en los ochentas como Mijares, Yuri, (y esas cosas) y artistas Importados de España, Italia o algún lugar de Sudamérica. Un ejemplo claro fue una muchachita colombiana llamada Shakira que no tenía la necesidad de enseñar chihi y zangolotearse como teibolera, por que a pesar de tener canciones hasta cierto punto bobas, tenía la somera intención de ponerle contenido a su música y no vender cualquier balbuceo barato (léase Lady Gaga), así que podías escuchar a las chavitas de aquella época cantando cosas como ciega sordomuda, o algo parecido y claro, en ese tiempo también pensaba que era una mamada, pero por lo menos no estaba tan del pito.
Los años pasaron y por supuesto la americanización del concepto "Latino", nos alcanzó como en muchas otras cosas que han sido recicladas y vendidas a nosotros como nuevas por los gringos (lucha libre, burritos, nachos, la tele a color por dar unos ejemplos rápidos), y permeó en la música producida abajo de la línea del Río Bravo. Y así llego a Shakira, que de pasar a ser una morra que tocaba la guitarra en sus videos, y que pretendía dar un mensaje a través de su voz con gallos, se pintó el cabello de rubio, bajó de peso, se quito la ropa, se puso a menear las caderas, grabó canciones en inglés y acepto que su destino era convertirse en el estereotipo del latino por excelencia, que no sabe ni leer pero que se mueve como dios en la pista de baile, que no sabe ni hablar otro idioma pero que su algarabía y actitud extrovertida y guapachosa lo acompañan por donde va y le permiten comunicarse gracias al lenguaje de la fiesta, que se muere de hambre pero siempre tiene estomago para tomar su tequila y bailar salsa toda la noche, por que en gringolandia para los gringos eso es ser latino, ¡ah!, eso y narco.
Como si "artistas" de este tipo hicieran falta para mejorar la imagen de la gente de latinoamérica, ahora la pobre en una de sus canciones, que tuve la desgracia de escuchar en el autobús, se atreve a decir que es gitana, por que en resumen le gusta andar de calzón flojo, otro ejemplo más de la forma fácil de crear estereotipos ya que solo por esto se identifica a una cultura (o falta de ella), me hubiera gustado oírla hacer esta clase de proclamas en Alemania ahí por los años cuarenta, hubiera sido hilarante.
Aquí una muestra de su fabulosa capacidad letrística:
Y va liviano, mi corazón gitano,
que sólo entiende de latir a contramano
no intentes amarrarme, ni dominarme,
yo soy quien elige cómo equivocarme,
si vine ayer aprovecha hoy
que me voy mañana
que soy gitana.
¿Creen que haya algo más que agregar?
Si Shakira se viera así, no creo que vendería tantos discos.
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